CARTA DESDE LA INDIA-3

 

(O DE LOS PELIGROS DEL NACIONAL-BUDISMO)

 

 

Queridas amigas y amigos solidari@s con los procesos de crecimiento de los pueblos oprimidos del mundo:

 

¡Un cordial (=de corazón) saludo desde tierras asiáticas!

 

Tal como hacía desde América Latina, continuo en contacto con vosotr@s/ustedes, pues considero que el Planeta es uno y la verdadera globalización debe ser ante todo una práctica de conocimiento mutuo y colaboración crítico-transformadora.

 

Esta Carta se debería llamar más bien: Carta desde Sri Lanka, ya que, más que otra cosa, narra mis propias experiencias en tierras del antiguo Ceilán.

Pasa a exponerlas de manera un poco más sistemática.

 

1. Concretamente, con el objetivo de obtener una visa de turista para la India por seis meses más, estuve en Sri Lanka desde el pasado 19 de Septiembre del 2007 hasta el 8 de octubre del mismo año. Poco tiempo tal vez, pero el suficiente como para observar algunas cosas interesantes que quisiera hoy compartir con vosotr@s/ustedes.

 

Mi primera impresión de Sri Lanka fue la de un país con cierta modernidad y con ciertas condiciones económicas. Parecía algo más que un país llamado “de Tercer Mundo”. La pobreza extrema no era tan evidente. Me llamó la atención haber llegado a un país que se autodefine como República Socialista Democrática de Sri Lanka (Democratic Socialist Republica of Sri Lanka). Y, al mismo tiempo, cuya religión de Estado es el Budismo (theravada). ¡Curiosa combinación!

 

El aparente relativo bienestar y desarrollo educativo, al menos de las zonas que pude visitar, está contrapesado por la guerra civil que se arrastra desde hace muchos años, décadas incluso. A primera vista, esto no es visible, pero seguramente influirá en la moral de la ciudadanía común. La guerra civil parece estar localizada más en las zonas Norte y Noroeste del país.

 

Es ante todo una lucha étnico-cultural, pues opone la minoría tamil (un 18%, según algunos datos), que se siente discriminada, social y culturalmente, a la mayoría singalesa (sinhala). Por supuesto, no toda la mayoría tamil está en la guerra, pues también hay tamiles integrados en ámbitos singaleses.

 

Un día pude ver en casa de alguien conocido un video sobre la guerra. No era simulada, era guerra de verdad. “Al vivo”, o mejor, “al muerto”. Con los caídos de la guerrilla tamil, pues era desde el punto de vista del actual Estado de Sri Lanka. No recomiendo, desde luego, ver esas escenas tan depresivas. Me reafirmaron en mi posición pacifista.  

 

Pero comencemos por el principio.

 

2. Llegué allá un 19 de Septiembre, quedando instalado en una parroquia (en ‘Nágoda’) donde trabajan hermanas dominicas, cerca de Colombo, la capital. El jueves 25 puede viajar a una zona muy interesante de Sri Lanka, a ‘Welligama’, donde otras hermanas dominicas trabajan con gente afectada por el tsunami y, en general, con gente pobre.

 

Al día siguiente pude visitar el templo budista de ‘Welligama’. Curiosamente, todos los templos budistas (de corte theravada) tienen en la isla la misma estructura tripartita: una zona dedicada a Buddha, otra al Dharma (con algún salón para la enseñanza de la doctrina budista a las y los laicos, a cargo de los monjes) y otra a la Sangha o comunidad. Allí nos recibió un simpático abad, ya mayor, pero que no hablaba apenas inglés, por lo que no pude profundizar con él las cosas que quería. Pero me gustó su actitud: estaba él mismo limpiando solo la entrada del templo-monasterio, dando ejemplo sin pretenderlo...

 

Y una rápida reflexión ecológica: hubo varia gente que murió o se lesionó a causa del tsunami, pero no hay noticias de que haya afectado a la fauna, a los animales. Parece que la intuición funciona en ellos de manera más realista y efectiva que en nosotr@s, que nos afanamos en proclamarnos la especie más inteligente (¿?) del Planeta.

 

Ese día recorrimos bastantes kilómetros y visitamos también ‘Weherahena’ (‘Mátara’), ‘Kiri Vehera’ y, sobre todo, el imponente ‘Kataragama’, uno de los templos y centros espirituales más importantes de Sri Lanka. Era un día de luna llena, día festivo y feriado en cada mes, aprovechado por tod@s para visitar templos y recibir allá enseñanza religiosa budista, como pude realmente comprobar.

 

3. En Weherahena (Mátara) un joven monje me ató al pulso derecho una nula, una especie de protección contra los malos espíritus (¿?). En realidad, los malos espíritus están dentro de nuestras mentes. Tal vez ese nula me recuerde mi compromiso por trabajar el pensamiento positivo y no dejarme llevar por negatividades. (De todas formas, esto no pasa de ser uno más de los diversos sistemas de sacar dinero a l@s turistas…).

 

El 27 de Septiembre volví nuevamente a Nágoda, a Colombo, con las hermanas dominicas. Al día siguiente (28 de septiembre) visité, con el hermano dominico Manoj Rasanjana, el ‘Walpola Buddhist Temple’, un centro de formación monástico budista. Varios estudiantes sólo nos miraban y reían (parece que la distracción es propio de las diversas tradiciones estudiantiles mundiales). Visitamos también la imponente Basílica Nacional de ‘Tewatte of Our Lady of Sri Lanka’. Y el día 30 de septiembre fue la partida para ‘Kandy’. Kandy es una de las ciudades más bonitas que he visto (una especie de Venecia de Sri Lanka). Con su enorme largo abajo, la ciudad se hace más y más escarpada a lo largo de las montañas, con multitud de templos budistas, hinduistas y también el seminario católico, así como varias congregaciones religiosas católicas.

 

Católic@s son un 7% aproximadamente en Sri Lanka, aunque se hacen muy presentes en el día a día. El estar en Kandy, principalmente por mi solicitud de visa en la Embajada de la India por seis meses más, se hizo muy agradable por la simpatía de los padres dominicos que trabajan allá.

 

El 1 de Octubre fue la visita y compras de libros y textos en el “Centro Budista de Publicaciones”, donde uno encuentra una multitud de textos budistas. ¡Un paraíso! El 3 de Octubre, en Colombo, de nuevo, celebrando el Tránsito de San Francisco de Asís con los padres y estudiantes franciscanos. Allí conocí a un padre franciscano filipino que se pasó todo un año de su vida viviendo en un monasterio budista. Y el 6 de Octubre, festividad de San Bruno, fue la visita al “Templo Tripitaka” (‘Aluvihara’), como le llamo yo. Contiene la más importante biblioteca de textos theravada en pali, antigua lengua de la India.

 

Allí se codificó el Tri-pitaka (“los tres cestos”), el canon de los principales libros budistas históricos. Allí también un señor me enseñó simpáticamente las hojas de palma sobre la que los monjes escribían, en un proceso complicado y muy lento, los antiguos textos budistas. ¡Qué trabajo de paciencia! El encargado escribió mi nombre en una parte de las hojas, que todavía conservo. En 1848, mucho de la biblioteca fue destruida por los ingleses, en venganza por una rebelión habida.

 

Otro lugar histórico de visita fue el famoso ‘Templo Dambulla’, donde el exagerado precio para turistas me hizo torcer la nariz, negarme a visitarlo y tomar la decisión de criticar fuertemente cualquier religión institucional que pase por encima de la gente, especialmente de las y los pobres. Por majestuoso que fuera el Templo, me parece que el comercialismo (en este caso religioso) debe tener sus frenos. Su conservación es sólo un pretexto para “sacar pasta”  a la gente.

 

Todavía pude visitar de nuevo en Kandy el imponente monasterio-templo de ‘Bahirawakada’, que domina toda la ciudad, desde lo alto. Allí tampoco me pude escapar de otro voraz monje que me puso otro nula en el pulso (¡atención por si vais desprevenidos por estos lugares de turistas!). Sin duda, debo estar ya protegido de todos los malos espíritus por haber, masculinos y femeninos, por un buen tiempo…

 

Tuve oportunidad de visitar, igualmente en Kandy, el “Temple of the Tooth Relic of Buda”, cuyo nombre quiere decir eso precisamente: el templo de la reliquia del diente de Buda. Su nombre más formal es el de ‘Dalada Maligawa’, y es también conocido por ‘Royal Palace Complex’. Es visitado diariamente por un montón de turistas de todo el mundo. Además hay un control feroz de los bolsos en varios momentos por parte de la Policía, por miedo a atentados, que alguna vez han existido.

 

Supuestamente, allí se encuentra un diente de Buda. Si es cierto o no, sería cosa de investigar (si se puede, claro). En todo caso, la fe de esta gente en el diente de Buda es enorme. ¡Y yo que creía que el Budismo Theravada era menos devocional y más racional! Es cierto que allí había una serie de monjes meditando en uno de los lugares del templo enorme, pero el murmullo de la gente a su alrededor, musitando oraciones, encendiendo velas, y pasando papelitos a los monjes para que les recitaran oraciones (¿pagadas?), no proporcionaba desde luego el mejor ambiente para una meditación profunda y serena. (¿Les recuerda esto a algún otro lugar católico, en nuestros ámbitos ibéricos, por ejemplo?).

 

Y luego estaba toda la liturgia secular en torno al cuarto donde guardan el supuesto diente de Buda y que ninguno de los visitantes puede admirar. Todo es secretísimo, entrando y saliendo las principales autoridades todos los días, a determinada hora, para prestar litúrgicamente homenaje al diente de Buda y supongo que a Buda mismo. (Lo siento, tengo que analizar todo esto de manera muy sociológica).

 

El 8 de octubre fue el viaje de regreso a la India, para ‘Trivandrum’ y ‘Kollam’, y de ahí de nuevo para ‘Nagpur’, después de unos días de descanso en Kollam, trabajando espiritualidad con las monjas dominicas contemplativas.

 

4. Para terminar, mi observación final sobre el nacional-budismo es semejante a la que podría hacer sobre el nacional-catolicismo, del que tuvimos en Iberia, en España y Portugal, dos egregios representantes en los dictadores Franco y Salazar. Con aquellos tiranos, la Iglesia Católica dispuso del más amplio poder, proyección e influencia que nunca. La religión católica era el referente unitario de la nación, con una peculiar mirada sobre el pasado histórico lleno de mesianismo nacionalista. Los referentes católicos eran constantes (interpretados sui generis, claro: nada que ver con la revolución social de las y los pobres del “muchacho de Galilea”) y moldeadores de la conciencia nacional y de las conciencias individuales. O, al menos así lo pretendían sus dirigentes.

 

¿Y qué pasó? Sencillamente, lo que tenía que pasar. La Iglesia Católica se identificó (al menos en sus autoridades supremas y en gran parte de sus seguidores) con el poder dominante. Tal vez pensó que así podría tener más espacio para extender “su” evangelización, sus dogmas y, sobre todo, controlar la moral práctica de la nación. Sin embargo, esto fue de una gran ingenuidad, que sólo sirvió al Régimen. Le dio legitimidad y sancionó su dominación.

 

El resultado fue un progresivo descrédito y desgaste para la misma Iglesia Católica, ya que las vicisitudes del poder fascista terminaron por ser sus mismas vicisitudes. Sus intereses, más o menos, los mismos. La Iglesia apareció entonces como un  mega-espacio de Poder, y la evangelización, tal como enseñó el Maestro pobre de Galilea, no se hace desde arriba, desde el Poder, sino desde abajo, desde las y los marginad@s del Sistema.

 

Desde arriba, desde el Poder, la Iglesia, o cualquier institución, pierde capacidad crítica, contestataria, o simplemente la capacidad de decir que las cosas se pueden hacer de otra manera. Así que, el Poder y la Riqueza son una gran trampa (‘maya’, dirían aquí en la India), aun utilizados como medios para un fin. Agarrados a ambos, se pierde autenticidad, algo fundamental para una experiencia religiosa creíble.

 

Obviamente, la experiencia budista en Sri Lanka es diferente históricamente de las experiencias habidas en la Península Ibérica en una buena parte del siglo xx.

 

Sin embargo, su estructura es la misma en el aspecto formal de la unión con el poder establecido. Ciertamente, uno necesitaría vivir varios años en el contexto de Sri Lanka para saber cómo el Poder se impone en lo religioso y de qué manera lo religioso (budista en este caso) resulta afectado en lo concreto por su ligazón con el Poder. Pero, en todo caso, no prevemos nada bueno.

 

(Dicho de paso, no creo que el mejor budismo, al igual que el mejor cristianismo, deba estar unido al Poder tampoco).

 

El problema es universal y no sólo en Sri Lanka, España o Portugal. Esto es algo que conforma las mentes de muchas autoridades religiosas: pensar, ingenua y acríticamente, que el Poder es algo neutral y que nos puede ayudar para extender nuestra influencia y nuestra predicación. En el fondo, es un error de ingenuidad política. Muchos religiosos y religiosas no tienen sentido crítico político. Aprendamos la lección histórica de una vez. “Cuando veas las barbas del vecino a mojar, pon las tuyas a remojar”...

 

Pero si no es desde el Poder, preguntarán otr@s, ¿desde dónde lo debemos hacer? Ésa es la pregunta que me parece clave. Encontrar el desde dónde y el cómo. Algunas breves sugerencias al respecto van a continuación.

 

Desde luego, desde abajo, desde el no-poder. Algun@s añadirían, “desde el contra-poder”. Bien, desde que el contra-poder sea siempre permanente, porque, si se convierte un día en Poder, seguiremos atados al mismo problema mental...

 

“Desde abajo” significa: desde las y los pobres y marginad@s de la Historia, desde la simplicidad de vida y la pobreza (evangélica, dicen las y los cristianos), desde el saber escuchar la Voz del Absoluto y (en) la voz de las y los pequeñ@s del mundo, es decir, la voz del pueblo, la voz de las y los que no cuentan, desde el testimonio de vida personal y colectivo, desde la coherencia de vida entre lo que decimos profesar y lo que realmente hacemos, desde el saber auto-cuestionarnos continuamente, desde el no-ego (personal y colectivo), desde el estudio permanente de la Realidad y la atención a sus demandas, desde el respeto profundo por la diversidad de culturas existentes, desde el Amor a la Naturaleza, a la Justicia Social y a la Paz integral con práctica de los Derechos Humanos (de todas las generaciones presentes y futuras), personales y colectivos, etc.

 

No digo que así no nos equivoquemos, porque errar es humano. Pero sí que nos ayudará a reconocerlo humildemente, a contrastar esto con las y los demás, creyentes o no, y a poder corregirlo. Desde luego, que no nos imaginemos como perfect@s y como voces infalibles de la Verdad en lo cotidiano de nuestra marcha. Esto, además de ser imposible, es hipócrita y nos hace mucho daño.

 

Con algunos “añitos” de andar por nuestro Planeta, creo sinceramente que esto sería muy útil para cualquier religión y espiritualidad que quieran dialogar entre sí y con la Realidad, y el mejor servicio creíble que podríamos prestar al Planeta Tierra, en estos momentos de la encrucijada en que le hemos metido.

 

Frater y sororalmente,

 

vuestro amigo,

 

 

rui manuel

nagpur y goa

(india)

19.08.08-08.09.08.

 

 

P.D. Para quien esté interesad@, si me lo piden, hay algunas fotos digitales que podrían acompañar gráficamente este escrito.

 

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