LAS BIENAVENTURANZAS, RETOS A LA VIDA RELIGIOSA CATÓLICA

 

0. En primer lugar, es preciso resaltar que entendemos aquí  ‘Vida Religiosa’ (VR, en adelante) en su sentido restringido, es decir, como VR en el ámbito católico. Porque se podría entender también la VR en su sentido lato, es decir, en su sentido macroecuménico (como propio de otras religiones también) y laical (para todos los seres humanos, cristianos y no cristianos).

 

        Teniendo en cuenta entonces que hablamos de la VR en el ámbito de la Iglesia Católica, he aquí algunas reflexiones al respecto.

 

1. ¡La verdad es que hay un “montón” de retos a la VR desde la práctica de las Bienaventuranzas!

 

        Hoy visitamos por la mañana una zona de precarios en Guararí (Heredia, Costa Rica). Ahí presenciamos dos mundos: el de l@s inmigrantes nicas (detrás de un mall del “Más por Menos”, separad@s por un muro) y el mundo del consumismo. El mundo de la marginación separado del mundo del consumismo capitalista. ¿Qué nos dice esto para la VR?

 

       El otro lugar que visitamos fue la ASOVIH/SIDA, Asociación Costarricense de Personas que viven con VIH/SIDA. L@s mism@s dirigentes nos hablaron de sus experiencias de infectad@s, lo que  nos impactó, y de la necesidad de un acompañamiento espiritual por parte de l@s religios@s.

 

        Es decir, en ambos casos estuvimos en el mundo de l@s excluid@s. Desde ahí se levantaron retos básicos.

 

        Pues bien, o la VR se juega en medio de proyectos semejantes o la VR carecerá de Futuro. ¡Ni tampoco tendrá Presente! Es el reto de  ser “sal y luz de la tierra” (Mt 5,13-14). Es el reto del acompañamiento de l@s excluid@s. En medio de este acompañamiento es clave saber compartir la impotencia.

 

2. En este sentido, enlazando con lo anterior, un reto fundamental para la VR de hoy es el reto de la contemplación. Podemos decir que la VR o será contemplativa o simplemente no será.

 

        Pero, ¡atención! No hablamos aquí de un dualismo que contrapone ‘contemplación’ a ‘acción’ (es decir, como si estuvieran a nivel de tesis y antítesis, de oposición). Por el contrario, aquí hablamos de un nivel superior, de síntesis, donde la contemplación integra la acción y viceversa. Toda contemplación debería ser activa y toda actividad contemplativa, sin fisuras, sin fragmentaciones dualistas. Toda la VR, como tal, debería ser contemplativa (otra cosa son las diferentes maneras de cómo se realiza esto).

 

        Desde aquí podríamos preguntarnos: ¿Podemos compartir contemplativamente la impotencia? ¿Cómo ser contemplativ@s junto a/desde l@s excluid@s? ¿Cómo vivir la Espiritualidad en medio de l@s excluid@s? Podemos recordar aquí a Mt 6,6: “Cuando reces, entra en tu pieza, cierra la puerta y reza a tu Padre en lo secreto”[i]. Vivirlo contemplativamente sería algo así como intentar vivir integralmente la historia de la muñeca de sal:

 

“Una muñeca de sal

recorrió miles de kilómetros de tierra firme,

hasta que, por fin, llegó al mar.

 

Quedó fascinada

por aquella móvil y extraña masa,

totalmente distinta

de cuanto había visto hasta entonces.

 

“¿Quién eres tú?”,

le preguntó al mar la muñeca de sal.

 

Con una sonrisa, el mar le respondió:

“Entra y compruébalo tú misma”.

 

Y la muñeca se metió en el mar.

Pero, a medida que se adentraba en él,

iba disolviéndose,

hasta que apenas quedó nada de ella.

Antes de que se disolviera el último pedazo,

la muñeca exclamó asombrada:“¡Ahora ya sé quién soy!”[ii].

2. También hay una serie de retos amplios de Justicia y Paz:

 

2.1. En la justicia social: Si los sectores que sufren pobreza y miseria son los preferidos del Señor: ¿Cómo acompañarlos? ¿Qué cambios deberíamos incorporar en nuestras mentes y actitudes, así como en nuestras propias vidas, personales y comunitarias, para ser consecuentes con lo anterior?

 

2.2. En el ámbito de género: ¿Cómo superar el machismo presente en la mente de hombres y mujeres? ¿Cómo superarlo en nuestra propia mente? ¿Cómo superar el androcentrismo/patriarcalismo en la misma Iglesia? ¿Cómo superar el acentuado verticalismo en las congregaciones religiosas femeninas (“La Superiora”, “La Madre”…)? ¿Cómo superar las actitudes autoritarias en todas las congregaciones religiosas, del tipo que sean? ¿Cómo privilegiar el trabajo con las mujeres, especialmente con las marginadas? ¿Cómo trabajar una “nueva masculinidad”? ¿Cómo incorporar el enfoque de género en toas nuestras actividades?

 

2.3. En lo ecológico: ¿Cómo formarnos medioambientalemnte para/en lo cotidiano? ¿Cómo trabajar en el día a día una Espiritualidad de la Naturaleza y de la Corporalidad?

 

2.4. En la Paz: Si, parafraseando lo que dice la UNESCO, la guerra, la violencia y los conflictos, nacen en la mente de los seres humanos, entonces: ¿Cómo desarmar nuestras mentes? ¿Cómo educar y educarnos para la Paz? ¿Cómo formarnos y practicar la No-Violencia Activa (talleres)?

 

2.5. En el ámbito etario/generacional, con la juventud: ¿Cómo promover la educación sexual? ¿Cómo educarnos sexualmente nosotr@s mism@s? ¿Cómo trabajar temas concretos como la homosexualidad y el lesbianismo? ¿Cómo promover la reflexión crítica de los jóvenes ante los problemas sociales, en especial frente al consumismo? ¿Y frente a otros problemas, como el desempleo, la droga, la violencia…? ¿Cómo educar prácticamente en los valores (en nuestros colegios y centros de estudio)?

 

Etc.

 

3. Un tema hoy fundamental es también el pluralismo religioso (macroecumenismo, valga la redundancia). Surgen de ahí varias preguntas de fondo: ¿Cómo formarse en el macroecumenismo? ¿Cómo compartir macroecuménicamente con otras religiones? En definitiva, ¿cómo “estar en las fronteras”?

 

4. Un aspecto clave de la vivencia de las Bienaventuranzas es, desde luego, vivir la Providencia (cfr. Mt 6, 24-34). Pero entonces: ¿Cómo des-instalarnos de estructuras innecesarias (e incluso perjudiciales), buscando una mayor sencillez de vida? (Recordemos al filósofo Diógenes de Sínope y las historias del vaso, de la linterna y de su supuesto encuentro histórico con Alejandro Magno).

 

5. Sobre la gratuidad, elemento central de las Bienaventuranzas. ¿Cómo vivir personal y comunitariamente la generosidad, en nuestras instituciones religiosas? ¿Cómo vivenciar el valor intrínseco de la acción, sin búsqueda del éxito o de recompensas indirectas del tipo que fueran (cfr. Karma Yoga)? ¿Cómo vivir e incorporar a nuestra práctica pastoral la “eficacia” del Amor y la Gratuidad (partiendo de Mt 7, 15-19)?

 

6. ¿Cómo ser libres? (Partiendo del Mito  de la Caverna de Platón, dándonos cuenta de las cadenas de nuestras mentes). ¿Cómo ser libres si todavía no tenemos la medida de las cadenas que nos oprimen? ¿Somos realmente libres? Y si no lo somos verdaderamente, ¿cómo enseñar a los demás a ser libres? (Cfr. la paja en el ojo ajeno, Mt 7, 1-5).

 

7. Muy importante: ¿cómo vivir la comunidad? ¿Cómo ser comunitari@s? ¿Podemos predicar la frater-sororidad universal si no la vivimos en nuestras propias comunidades? Y es precisamente en la relación donde probamos nuestra Espiritualidad (cfr. J. Krishnamurti)…

 

8. Finalmente, en cuanto a los votos:

 

8.1. En cuanto a la pobreza: ¿Somos realmente pobres (personal y comunitariamente)? ¿Somos más libres? (Cfr. poner su confianza en Dios y no en el dinero, de Mt 6,24-34).

8.2. En cuanto a la obediencia: ¿No hay demasiado verticalismo en la Vida Religiosa? Seguimos pendientes de la famosa “carta” del Superior/a, en muchas congregaciones todavía… En muchos casos, ¿es obediencia al Superior/a y a la Institución o al Espíritu? ¿Es nuestra obediencia “fidelidad al Reino”? ¿Es una obediencia basada en un diálogo crítico y responsable de todas las partes?

 

8.3. En cuanto a la castidad: ¿Ser célibes nos hace amar más y mejor? ¿Nos hace libres en y para el Amor? ¿O nos hace vivir reprimid@s, en el mejor de los casos…?

 

8.4. En cuanto a los votos en su integralidad: ¿Tenemos de ellos una visión meramente “negativa”, en el sentido que son unas prohibiciones a las que debemos ser fieles? ¿O tenemos una visión, propia de una teología “positiva” de los votos: de la Pobreza como libertad de no Poseer, Obediencia como liberación del Ego (non-ego) y Castidad como libertad para el Amor Total?

 

Recordemos aquí la doctrina de las “nadas” de fray Juan de la Cruz (Subida al Monte Carmelo):

 

“Para venir a gustarlo todo,

no quieras tener gusto en nada;

para venir a poseerlo todo,

no quieras poseer algo en nada;

para venir a serlo todo,

no quieras ser algo en nada;

para venir a saberlo todo,

no quieras saber algo en nada;

para venir a lo que no gustas,

has de ir por donde no gustas;

para venir a lo que no sabes,

has de ir por donde no sabes;

para venir a lo que no posees,

has de ir por donde no posees;

para venir a lo que no eres,

has de ir por donde no eres”[iii].

 

 

        Y los retos podrían ser realmente muchos más…

 

 

fr. rui manuel grácio das neves op.

san josé de costa rica

13.10.05.



[i] Partimos del principio exegético de que las Bienaventuranzas abarcan los capítulos 5, 6 y 7 de Mateo. Lo de “entrar en tu pieza” siempre a sido interpretado por l@s místic@s de todos los tiempos como metáfora de “entra en tu interior”…

[ii] ANTHONY DE MELLO, El canto del pájaro, 21ª.ed., Sal Terrae, Santander, 1993, p. 132.

[iii] Obras completas, BAC, Madrid, 1994, p. 290.

 

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